Existen varios tipos de materiales de esta clase que también se incorporan a viviendas y edificios:
Lana de vidrio: muy económico. Se consigue como fieltro o panel rígido. Cuanto más espesor tiene, mejor insonoriza. Inconveniente: se debe separar del ambiente acústico con paneles protectores que protegerán a la lana de vidrio y a las personas simultáneamente, por su toxicidad para los pulmones.
Otro tipo de material son las espumas de poliuretano o de melamina. Se fabrican facetados en forma de cuñas anecoicas que se comportan como una especie de “trampa” para el sonido, aumentando hasta 3 veces su efectividad.
Tratamiento acústico de cielorrasos: se puedes utilizar plafones fonoabsorbentes de fibra de vidrio, corcho, fibras celulósicas o minerales. Los acabados son muy versátiles, tanto lisos como con texturas fantasías.
Al instalarlas deben quedar suspendidas a una distancia de la losa por medio de bastidores. Para lograr una mejor insonorización ten en cuenta que cuanto mayor es la separación, mejor será la absorción acústica.
Las cortinas también ayudan en la absorción sonora, especialmente las de telas pesadas y gruesas como el terciopelo. Cuanto más separada de la pared, mayor absorción, que también aumentará si se utiliza con pliegues y fruncido en lugar de estiradas. Una cortina fruncida al 50% puede llegar casi a duplicar su coeficiente de absorción.
Las alfombras también disminuyen los ruidos del piso como pisadas o la caída de objetos. La absorción de una alfombra aumentará con el espesor, independientemente del material que no afectará su coeficiente de absorción.